Esta escultura, tallada en madera, mide 50 centímetros de alto, de cabeza a la pies. Con la cruz alcanza una altura total de 75 cm.
La talla es de una exquisita factura, con virtuosismo y calidad. Puede fecharse en el siglo XVIII y atribuirse al estilo genovés.
La pieza presenta un gran nivel de oscurecimiento y suciedad superficial que oculta la policromía de la talla. Hallamos faltantes de soporte en ambas manos, faltanto los dedos índice y anular que se encuentran extendidos, y meñique en la mano derecha; y el índice y corazón en la mano izquierda. Destaca el nivel de pérdidas en la zona del sudario, producidos por descamación y erosión de la policromía y estrato de preparación, además de un gran faltante de soporte en el lateral del paño de pureza.
Presenta varias fendas en la madera del soporte, propias de los movimientos producidos por los cambios termo-higrométricos a los que toda pieza está sometida por el ambiente. No presentan peligrosidad en cuanto a la estabilidad estructural. En la zona de la cabeza y los pies se observan desgastes y pérdidas del estrato de preparación y de color, así como roces y erosiones. Las manos han perdido los clavos y se sujetan por una mínima parte de madera que las atraviese y ancla a la cruz. Para mayor seguridad, de forma poco adecuada, se incrustó un tornillo desde la parte posterior de la cruz hasta la mano izquierda.
Destaca, además, la rotura de ambos brazos a la altura de las axilas. Ésto es debido a que los brazos suelen tallarse en un bloque de madera distinto al cuerpo y son añadidos a posteriori. Tanto en los movimientos naturales de la madera como en golpes o movimientos bruscos, ésta zona es de las primera en romper. Además, en este caso se suma que el Cristo no se sujeta a la cruz por ningún tipo de perno trasero, que refuerce la unión ni haga descansar el peso. Simplemente está sujeto a la cruz por los tres clavos. De este modo, el peso recae en zonas débiles de la pieza, como son las axilas o tobillos, por ejemplo, y han sido las primeras las que han roto ante la presión.
La cruz está altamente desconsolidada, presentando multitud de cazoletas y descamaciones en la capa polícroma, teniendo riesgo de pérdida de material original.
Ante todo este conjunto de patologías, se planteó el siguiente proceso de intervención:
- Limpieza físico-mecánica de la obra.
- Consolidación de estratos desprendidos con resina acrílica en dispersión acuosa y sentado del color mediante cola orgánica.
- Devolución de la planimetría a las partes deformadas y cazoletas existentes, con presión y calor.
- Fijación de grietas y fisuras.
- Sellado con resina epoxídica.
- Limpieza físico-química de la obra, previo haber realizado tests de solubilidad y disolventes.
- Barnizado protectivo de la pieza.
- Reposición de faltantes de soporte con resina epoxídica bi-componente especial para madera.
- Reposición de la capa de preparación con estuco.
- Enrasado, nivelado y texturización de lagunas.
- Reintegración cromática de faltantes con técnica acuosa.
- Protección final de la pieza con barniz en spray y retoque con colores al barniz.
- Realización de una espiga de madera de pino que actúe de perno para sujetar la talla a la cruz. Se ha añadido en la parte trasera del sudario.
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