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Mostrando entradas de marzo, 2020

Pequeña pintura de la Virgen de la Caridad

La pintura que nos ocupa formó parte de un estandarte, como óvalo central, y reproduce la iconografía de la representación de la Virgen con el Niño en brazos bajo templete que se venera bajo la advocación de Caridad y es patrona de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). No es una pieza de excesiva calidad, de hecho su factura es ciertamente de estilo popular. La pieza pertenece a una colección particular. Su estado de conservación era nefasto. Durante muchos años se guardó doblado y arrugado, en condiciones poco óptimas y favorables. Expuesto a la humedad y el polvo. La pintura estaba completamente desconsolidada y se observaban multitud de faltantes. Venía cosido a una tela trasera a modo de forro muy raída y llena de hongos. Se planteó la siguiente intervención: - Limpieza física y mecánica de la obra. - Descosido de la tela trasera - Protección de la capa pictórica con papel japonés y cola orgánica. - Eliminación de deformaciones mediante calor y presión controlados

Exvoto

Esta curiosa y pequeña tabla pintada mide 20,5 x 15 centímetros. En ella se representa una mujer que, arrodillada y en actitud orante, observa a la Virgen con el Niño Jesús en brazos que aparecen entre las nubes. Tras aquélla, un hombre señala la divina aparición. Se trata de un pequeño exvoto que, a modo de regalo y agradecimiento por cualquier favor recibido, una devota ofrendó a la Virgen del Carmen en determinado momento. Por su tipología y los ropajes que aparecen en la escena, se puede fechar a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX. La escena se enmarca en una pequeña moldura de media caña dorada. La pieza presenta una buena estabilidad estructural, aunque muy deficiente estado visual. No se aprecian partes en riesgos de excesivo desprendimiento ni descohesionadas, sin embargo sí observamos multitud de faltantes y pequeñas lagunas que alteran la percepción órganoléptica del conjunto. El dorado de la moldura perimetral aparece excesivamente oscurecido

Talla de Cristo crucificado de estilo genovés.

Esta escultura, tallada en madera, mide 50 centímetros de alto, de cabeza a la pies. Con la cruz alcanza una altura total de 75 cm.  La talla es de una exquisita factura, con virtuosismo y calidad. Puede fecharse en el siglo XVIII y atribuirse al estilo genovés. La pieza presenta un gran nivel de oscurecimiento y suciedad superficial que oculta la policromía de la talla. Hallamos faltantes de soporte en ambas manos, faltanto los dedos índice y anular que se encuentran extendidos, y meñique en la mano derecha; y el índice y corazón en la mano izquierda. Destaca el nivel de pérdidas en la zona del sudario, producidos por descamación y erosión de la policromía y estrato de preparación, además de un gran faltante de soporte en el lateral del paño de pureza. Presenta varias fendas en la madera del soporte, propias de los movimientos producidos por los cambios termo-higrométricos a los que toda pieza está sometida por el ambiente. No presentan peligrosidad en

Sagrado Corazón entronizado.

Esta representación del Sagrado Corazón sedente, o entronizado, fue muy típica y popularizada durante la segunda mitad del siglo XX. Procedente de los talleres de arte religioso de Olot (Girona), representa a Jesús según la visión de Santa Margarita María Alacoque de Jesús triunfante con sus llagas en manos y pies y su Sagrado Corazón, expuesto y ardiendo de amor, que se presenta sentado en un trono cual majestad celestial, con cetro y corona a los pies, mientras sujeta el orbe terrestre. La pieza, de considerables dimensiones (60 centímetros en posición sedente) presentaba las alteraciones propias de este tipo de obras de factura oltense de principios del siglo XX. Roturas y deformaciones, partes desconsolidadas y descohesionadas. Apreciábamos algunas grietas y aperturas, aunque no afectaban a partes estructurales, salvo en la trasera del trono. Existían varias roturas en dedos de ambas manos y pequeñas descamaciones de pintura. Se cubría por una generalizada capa de suciedad sup

Talla de la Inmaculada Concepción

La pieza está tallada en madera y representa a la Virgen en el misterio de su Inmaculada Concepción. Pertenece a una colección particular de la ciudad de Plasencia (Cáceres). La imagen, de las denominada capipota , responde a este estilo de esculturas de vestir muy populares en la escuela catalano-levantina del siglo XIX. Llamadas de tal modo por tener tallados cabeza y pies (cap y pota en catalán), además de las manos; que son las piezas visibles una vez la obra se viste. El resto del cuerpo está abocetado en madera a modo de estructura interna, sin detalles anatomizados. La efigie mide 85 centímetros totales, junto a la peana. La Virgen mide, de pies a cabeza, 66 centímetros. Aparece sobre un orbe azul, cruzado con una banda dorada, entre nubes. Va vestida con ropajes de raso con bordados y galones de pasamanería. El estado de conservación no era muy bueno. A simple vista se observaban faltas de soporte y policromía evidentes, como dos dedos en la mano derecha y pérd