Aquí compartimos nuevos avances en la restauración del Belén con la selección de algunas de las últimas piezas salidas del taller.
En este lote mostramos una de las figuras más antiguas del Belén y, a la vez, de mayor complicación en cuanto al proceso de limpieza de todas las tratadas hasta ahora.
La figura del niño estaba cubierta por una capa grasa de suciedad, con depósitos incrustados y deyecciones de insectos. Los brazos se habían desprendido y vueltos a unir, aunque en la rotura el adhesivo había desbordado, haciendo una amalgama con el polvo, los depósitos de arena que quedan al poner la figura en la escenografía belenista y otras sustancias.
La limpieza fue combinada y aplicada de forma físico-química, pues los grandes depósitos y concreciones de suciedad eran imposible de reblandecer con los disolventes y los agentes emulgentes utilizados. Poco a poco iba surgiendo, bajo la suciedad, la túnica clara que viste el niño.
Otro conjunto lo formaban un hombre arreando un mulo, ambos cubiertos por una gran capa de suciedad y depósitos superficiales, que tras la intervención permitieron ver con mayor nitidez los colores de la policromía.
Tras la limpieza de las figuras y el barnizado protectivo, el procesod e reintegración volumétrica con masilla, estucado y nivelación de lagunas y la reintegración cromática devolvieron la unidad visual a las piezas. A continuación mostramos algunas imágenes del resultado final.
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