Escultura de madera tallada con base dorada y marmorizada. Presenta a San Pascual Baylón, santo franciscano de origen aragonés, sobre una nube con ángeles en representación triunfal. La pieza es fechable en el siglo XVIII, de escuela levantina, y casi con seguridad atribuible al círculo de Ignacio Vergara (1715-1776). Guarda grandes semejanzas con piezas atribuidas a dicho escultor y conservadas en Andalucía, tales como el San Pascual o San Antonio de Cádiz; o las conservadas en la Basílica de Vila-real y su museo, donde se halla el sepulcro del santo.
La pieza se conserva y expone en la Biblioteca - Museo Carmen Coronada del Convento del Santo Ángel de la ciudad de Sevilla.
San Pedro de Alcántara - Basílica de Sant Pasqual de Vila-Real
De extrema delicadeza, destaca la calidad de la talla, la minuciosidad de las gubias en las manos, pies y ángeles de la peana, y las elegantes policromías. Destacamos la ausencia de estrato de preparación o estucado previo en el hábito del santo, estando en esta zona la madera directamente policromada.
Su estado de conservación era bastante aceptable, siendo la principal alteración el gran estrato de suciedad acumulada que presentaba, así como los faltantes de soporte y la amputación de uno de los ángeles que aparecen junto a San Pascual. Éste había sido retirado del conjunto y re-colocado en la puerta de un Sagrario durante mucho tiempo, ya que sostiene una custodia con la Eucaristía, principal atributo del santo franciscano.
La cabeza del santo, que se une al cuerpo encastrándose en el interior de la capucha, se encontraba adherida de forma poco correcta que, además de presentar un aspecto poco natural en cuanto a la posición del cuello, creaba roces y erosiones de la aureola a la capucha por la parte trasera. Al no estar en su posición adecuada se habían ocasionado perdidas de soporte debido a estar forzando la colocación de los elementos metálicos.
El otro ángel, que aparece sentado, se une al cúmulo de nubes mediante un perno interno que se encontraba fracturado, pudiendo desprenderse.
Resultaban curiosas unas pequeñas cabezas de clavos que los ángeles tenían repartidas por el cuerpo. A priori semejaban elementos añadidos para afianzar la estabilidad estructural del embón de madera, pero durante el desmontaje de los ángeles observamos restos de tela en la parte que se incrusta en el cúmulo de nubes, sujeta por una de estas cabezas de clavo. Con lo cual, resultaron ser los anclajes de unas cintas de tela que cubrían los cuerpos desnudos de los ángeles y que, con el tiempo, habían desaparecido por la oxidación y la manipulación.
El otro ángel, que aparece sentado, se une al cúmulo de nubes mediante un perno interno que se encontraba fracturado, pudiendo desprenderse.
Resultaban curiosas unas pequeñas cabezas de clavos que los ángeles tenían repartidas por el cuerpo. A priori semejaban elementos añadidos para afianzar la estabilidad estructural del embón de madera, pero durante el desmontaje de los ángeles observamos restos de tela en la parte que se incrusta en el cúmulo de nubes, sujeta por una de estas cabezas de clavo. Con lo cual, resultaron ser los anclajes de unas cintas de tela que cubrían los cuerpos desnudos de los ángeles y que, con el tiempo, habían desaparecido por la oxidación y la manipulación.
Destaca la soberbia policromía y ornato de la peana, mediante dorado al agua y marmorizados pictóricos de gran ejecución. Toda ella se cubría por un estrato de suciedad y amarilleamiento del barniz protector que oscurecía su aspecto.
Se planteó la siguiente intervención. Una primera limpieza superficial de la obra, de forma mecánica. Se retiraron los atributos y otros elementos metálicos. Consolidación puntual de estratos con desprendimientos y grietas, utilizando cola orgánica en disolución acuosa y aplicación mediante empacos utilizando papel japonés.
Tras la primera limpieza superficial, se llevó a cabo una de mayor envergadura de tipo físico-químico en el conjunto, tras los pertinentes test de solubilidad. El método más adecuado fue utilizar una primera limpieza mediante jabón neutro en disolución acuosa a baja proporción, y una posterior puntual y controlada en las zonas que habían sido repintadas mediante disolventes orgánicos. Especialmente delicada fue la limpieza de los repintes del angelito reutilizado en el sagrario, que había sido
altamente intervenido de forma poco académica.
Para eliminar los repintes más toscos y gruesos que presentaba, así como la pasta que se había aplicado para intentar solventar las lagunas en los dedos de ambas manos; fue necesario utilizar bisturí y
escalpelo. Se realizó un barnizado intermedio protectivo de la pieza antes de la reposición de faltantes con resina bi-componente de tipo epoxídico, modelando las formas de los volúmenes que se habían perdido. Se restituyó la sujeción del angelito mutilado a la peana mediante una espiga de madera de haya. Se estucaron y reintegraron cromáticamente las lagunas y faltantes con un primer tratamiento de base acuosa utilizando gouaches, y un posterior retoque con pigmentos al barniz Maimeri. Con el
barnizado final se dio por terminado el tratamiento sobre la pieza
Paralelamente, se limpiaron los atributos metálicos y se mejoró su sujeción a la talla. Además, se observaron unos pequeños elementos metálicos a modo de alfileres que rodeaban las caderas de los dos ángeles de la base. Se encontraron restos de tela azul en las partes ocultas que se encastran en la base de nubes, de modo que se entendió que eran los anclajes de elementos textiles que ocultaban la desnudez de los querubines. De este modo, se realizaron dos tiras de seda cosidas a hilos de alambre inoxidable que, ocultos en el interior, permitían dotar de movimiento a las telas y sujetarse sin la necesidad de usar los elementos metálicos, que fueron retirados para evitar la oxidación y corrosión de la madera donde se ubicaban.
Elementos metálicos y textiles eliminados.
Detalle de la limpieza en uno de los ángeles.
Detalle de la limpieza en uno de los ángeles.
Estucado de lagunas
Desmontaje y limpieza de piezas de orfebrería.
Realización de las tiras de seda, cosiendo el alambre inoxidable en los bordes.
RESULTADO FINAL
Detalle de la reintegración de los dorados.
COMPARATIVA ENTRE EL ESTADO INICIAL Y EL FINAL
El portal la Hornacina, dentro del especial dedicado al patrimonio atesorado en el Convento y Museo del Santo Ángel, ha realizado este monográfico que adjuntamos de esta pieza tan excepcional.
https://www.lahornacina.com/seleccionessantoangel13.htm
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